miércoles, 29 de enero de 2014

Contra la llei de l´avortament


No hi  podem faltar!

Demostrem que les mobilitzacions sí serveixen!


viernes, 17 de enero de 2014

Ens perjudica als i les treballadores cotitzar el salari en especie? (xecs Gourmet, etc..)

Es falso que perjudique a los trabajadores que ahora coticen a la SS el transporte y cheques de comida.

Todos los suscriptores de Laboro ya saben que el día 20/12/13 aprobaron por sorpresa la 2ª parte de la reforma laboral del PPSOER (ala derecha del PPSOE). Esta reforma se ha etiquetado en Laboro como reforma laboral 2014 y sobre la misma se publicará al menos un artículo más. Pues bien, además de las novedades que ya se comentaron en un artículo anterior, según esta reforma desde ahora cotizará a la SS "la remuneración totalcualquiera que sea su forma o denominación,tanto en metálico como en especie." Vamos a traducirlo para que todos los entendáis y sobre todo para que os deis cuenta que esto como trabajadores os beneficia y mucho:

Antes de esta modificación sólo cotizaba el salario, dicho sea en líneas generales (había muchas excepciones y conceptos que cotizaban parcialmente). Es decir que no cotizaba lo que no era salario. Por ejemplo no cotizaban el plus de transporte, los cheques de comida etc. etc. Pero ahora cotiza todo por defecto, con unas excepciones muy tasadas y detalladas en la reforma y que no son el objeto de este artículo. Es obvio que para ver si esto beneficia o perjudica a los trabajadores primero hay que saber cuáles son las consecuencias; pero todas y no solo una. Así que sacamos la calculadora de Hello Kitty y tiene un botón que dice que con contrato indefinido el trabajador paga un 6,35% a la SS y la empresa un 29,7%. Por ejemplo, Toño el mecánico trabaja para Paco el del taller con contrato indefinido y cobra al mes 1000€ de salario, 200€ en cheques de comida y 100€ de plus de transporte. Antes de la reforma Toño cotizaba 63,5€/mes a la SS y Paco cotizaba 297€. Tras la reforma, Toño cotizará 82,55€ y Paco cotizará 386,10€.
Por tanto la primera consecuencia obvia es que tanto empresas como trabajadores pagarán más a la SS en los casos en que tengan conceptos de este tipo en sus nóminas, que no son todos y ni siquiera la mayoría. Así que ya está liá y ya están los contertulios y voceros variados diciendo que la medida perjudica a los trabajadores porque van a cobrar menos y porque van a causar más gasto a su empresa. Incluso se está diciendo que es un "impuesto al empleo". Toma castaña pilonga.
Pero a los contertulios y cantamañanas se les olvida que la calculadora de Hello Kitty tiene otra tecla que dice que con la base de cotización (lo que se cotiza a la SS) es con lo que se calculan muchas prestaciones de la SS. Entre ellas algunas menudencias como el paro, las bajas y la jubilación. Por tanto, antes de la reforma Toño cobraba 20€ por cada día de baja del 4º al 20º y 25€ del día 21º en adelante, pero tras la reforma cobrará 26€ y 32,5€ respectivamente. Pero donde más se nota es en el paro: antes de la reforma Toño cobraba 700€ los primeros 6m de paro y 500€ los siguientes, pero tras la reforma cobrará 910€ los primeros 6m y 650€ los siguientes. Esta es la segunda consecuencia que los contertulios olvidan o incluso desconocen.
Así que el asunto es extraordinariamente sencillo. Los trabajadores van a tener que pagar el 6,35% de lo que cobren de transporte, cheques de comida, vestuario, coche de empresa, etc. etc. y antes no pagaban nada. Pero de esas cantidades cobrarán luego entre un 60% y un 75% cuando estén de baja y entre un 70% y un 50% de paro. ¿Esto es una medida que perjudica a los trabajadores? Obviamente no, sino todo lo contrario.
Alguno podría decir que sí que perjudica a los trabajadores que tengan estabilidad en su empleo y que nunca vayan a cobrar el paro y apenas se vayan a poner de baja. Puede que después de meter la mano en el orinal y despertarse repentinamente de su sueño del mundo de Pocoyó aún así sea verdad que Toño sea funcionario, el hijo del dueño de la empresa o su primo de Soria. En esos casos es cierto que no cobraría el paro nunca y las bajas no demasiadas veces... pero no es menos cierto que en ese caso también tendría muchas más posibilidades de cobrar el 100% de la base de cotización cuando se jubile, con lo que tras la reforma le entrarán en su pensión de jubilación todos esos importes de transporte, etc. que antes no le entraban.
Sí que perjudicaría a los trabajadores que el porcentaje de cotización hubiera subido, por ejemplo al 8%, porque en ese caso los trabajadores pagarían más dinero sin recibir luego más dinero en forma de prestaciones porque la base de cotización seguiría siendo la misma. Pero eso no es lo que ha pasado. El porcentaje no lo han subido sino que han aumentado la base de cotización y sólo en algunos casos, cosa que es completamente diferente.
Por supuesto, sí que es cierto esta medida perjudica a las empresas, porque ahora van a tener que pagar unas cantidades que antes no pagaban y sin recibir nada a cambio. Pero quien se crea que lo que perjudica a las empresas perjudica siempre a los trabajadores es el mismo tonto que el que se cree, a estas alturas y con lo que ha llovido, que lo que beneficia a las empresas beneficia siempre a los trabajadores. Aún hay quien se cree que un despido más barato aumenta la contratación y que bajar el sueldo y reducir la jornada es el mayor progreso de la humanidad o algo así. Ya se sabe que Marianito ganó las elecciones a delegado de la clase diciendo que facilitar el suspenso fomentaba el aprobao.
Lo fundamental es que los que cobren dietas y transporte de verdad seguirán sin cotizarlas a la SS, como los comerciales, viajantes, transportistas, etc. etc. Los que sí que tendrán que cotizarlas desde ya (la medida ya está en vigor) son los que cobraban dietas, cheques de comida, transporte, etc. etc. simplemente como un salario encubierto con el único objetivo de que la empresa se ahorrara la cotización a la SS de sus importes. A ver si es que os creéis que os hacían un favor. Los empresaurios, y especialmente las asesorías Pepe que se lo han aconsejado, se han ganado a pulso que quiten las excepciones de cotización que había antes. Porque la asesoría Pepe le decía a Paco el del taller que no le pagara 1300€ al mecánico, porque como es un asesor mu güeno se ha inventao un truco que es pagarle 1000€ + 200€ de comida + 100€ de transporte, para cotizar menos, aunque el mecánico vaya andando al trabajo y coma en casa. Esto lo estaban haciendo por todos los sitios, especialmente con los cheques de comida. Es decir, un fraude generalizado que ahora han cortado por lo sano.
¿Y que tiene que pasar ahora con los trabajadores que cobráis conceptos que ahora deben cotizar? Pues simplemente que los tenéis que seguir cobrando y en el mismo importe que antes, pero ahora formarán parte de la base de cotización y os descontarán el 6,35% (6,40% si es contrato temporal) de esos importes para su cotización a la SS. En resumen, que tenéis que seguir cobrando exactamente el mismo bruto que antes pero os bajará un poco el neto y aumentará vuestra base de cotización. Podéis comprobar que la empresa lo haya hecho correctamente no sólo en vuestra nómina sino también mediante la web de la SS mediante un informe de bases de cotización con sólo tener un teléfono móvil, como ya se explicó.
¿Y que pasa si la empresa os baja el sueldo por las buenas porque a ella le aumenten las cotizaciones? Pues sencillamente que sería la misma ilegalidad que si os hubieran bajado el sueldo un 3% cuando subieron el IVA. Los impuestos que tenga que pagar la empresa son su problema, no el vuestro. Es cierto que existe un mecanismo legal que permite bajar salarios por causa justificada, pero no es menos cierto que sólo si cobráis por encima de convenio y sólo en ese caso si siguieran un procedimiento legal que se saltan a la torera en casi el 100% de las ocasiones. En resumen, que si os hacen la jugada podéis hacer una consulta laboral privada a ver si podéis recuperar el dinero o incluso marcharos de la empresa voluntariamente pero con indemnización y derecho al paro.

jueves, 16 de enero de 2014

La nova colonització d´Europa

Héctor Illueca
Doctor en Derecho e Inspector de Trabajo y Seguridad Social
Adoración Guamán
Doctora en Derecho y Profesora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social
La crisis económica que afecta a nuestro país y las políticas de austeridad impuestas por la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) están provocando una fractura social cada vez más evidente. La ciudadanía observa atónita la degradación de la vida cotidiana y la tolerancia del poder con los abusos cometidos por los más privilegiados del país. Como no podía ser de otra forma, el creciente deterioro de las condiciones materiales de una cada vez más amplia mayoría social llega acompañado de gravísimos escándalos de corrupción que salpican al conjunto de las élites políticas y económicas, alumbrando una sociedad cada vez más instalada en la injusticia y la desigualdad.
En este contexto, el sueño de la integración europea ha devenido una pesadilla que impone un duro presente y nos condena a un porvenir sombrío. De una forma intencionada, se ha ofrecido a la ciudadanía una imagen falsa, ideológica e idílica de la hoy denominada Unión Europea, utilizando los medios de comunicación para proyectar una visión mítica y alejada de la realidad: una Unión Europea completamente ajena a los principios de cohesión y colaboración solidarios, que se ha convertido en una suerte de reserva de caza alemana en la que las economías fuertes explotan sus ventajas económicas y comerciales para aplastar a las débiles. Una Unión Europea gobernada por la ley de la selva.
Sin embargo, la gravedad de la situación económica y la caída del velo del bienestar individual hacen que comience a abrirse paso entre los habitantes de la periferia la idea de ser víctimas de una nueva colonización. Cada vez es más difícil ocultar que la implantación del euro ha generado una relación centro-periferia en el seno de la Unión Europea que enfrenta al Norte central y dominante con el Sur periférico y dominado. Ya no es posible negar que la existencia de la moneda única ha beneficiado a Alemania y a otros países ricos de Europa, reforzando su posición en el esquema europeo como exportadores netos de bienes de equipo y de consumo y como importadores netos de demanda general. Para decirlo claramente y en pocas palabras: la unión económica y monetaria ha permitido que los países centrales, especialmente Alemania, acumulen crecientes excedentes comerciales en su espacio vital europeo, bloqueando cualquier posibilidad de devaluación competitiva y alimentando una intensa redistribución del trabajo en perjuicio de las modestas economías de la cuenca mediterránea. Los países fuertes del centro, como Alemania, Holanda o Finlandia, incrementan su competitividad, conservan su soberanía nacional y financian sus estados de bienestar gracias a la pérdida de la competitividad, la destrucción de la soberanía y desmantelamiento del bienestar de sus compañeros de moneda, la periferia europea.
Los trabajadores del Estado español, junto a los del resto de economías periféricas, se han convertido en una reserva de mano de obra low cost. Como han señalado algunos autores, el proceso de construcción europea ha generado una nueva división internacional del trabajo, alimentando una dinámica colonialista caracterizada por la hegemonía alemana y por la subordinación de las economías periféricas[1]. Esto es lo que explica que las actuaciones estatales de control sobre el mercado y de protección de los derechos sociales estén siendo destruidas al ritmo de los dictados de la unión económica y monetaria. Cuando las exigencias del proceso entran en contradicción con las disposiciones estatales en materia de política social, los Estados periféricos proceden a adaptar sus respectivos sistemas de bienestar, siempre en el sentido de disminuir la protección de los derechos laborales y sociales. El dumping social no sólo no se ha combatido, sino que se ha fomentado, situando la regulación del factor trabajo como elemento de competitividad y desencadenando un feroz darwinismo normativo para reducir los estándares laborales y de protección social.
La nueva división europea del trabajo explica y promueve la progresiva destrucción de los modelos sociales estatales auspiciada por la troika e inmediatamente perceptible en dos ámbitos fundamentales: la flexibilización de los mercados de trabajo (en concreto, mediante la rebaja de la tutela de la estabilidad en el empleo y la devaluación del coste de la mano de obra) y la reducción de la protección social, en particular de los sistemas de Seguridad Social (reducción de la cuantía de la pensión de jubilación, reforma sanitaria, etc.). Su influencia se advierte igualmente en la reforma educativa del Ministro Wert, también auspiciada por las instituciones europeas, que orienta el sistema educativo hacia la preparación de mano de obra barata, provista de los conocimientos indispensables para desenvolverse adecuadamente en el mercado laboral basura que caracteriza a los países subdesarrollados. La posición dependiente y periférica de nuestra economía en el esquema europeo es radicalmente incompatible con la existencia de pensiones públicas, la educación y la sanidad públicas y un mercado laboral medianamente digno.
Al aceptar los dictados de la troika, las clases dirigentes de los países periféricos asumen su incapacidad de afrontar un camino independiente para sus respectivos países y sellan una relación de subordinación y dependencia semejante a la que se produce en el proceso de colonización clásico, caracterizado por la desposesión sistemática de las economías periféricas y la sobreexplotación de sus trabajadores. No debemos olvidar que son las clases dirigentes de los diferentes Estados miembros las que han construido y abonado este modelo de Unión Europea, bajo cuya intocable legitimidad han resguardado las más impopulares y duras reformas. La posibilidad de socavar la posición negociadora de los sindicatos abonó la traicionera connivencia de las élites de los países deficitarios, alimentando una alianza sólida y estable con la burguesía alemana para imponer un nuevo orden político-social a escala europea.
En este contexto, no deja de sorprender que determinados sectores de la izquierda española y europea insistan en reformar la eurozona como solución a la actual situación de emergencia social y económica. Con cierto aire panglossiano, invocando la necesidad de “más Europa”, se critica la fragmentación de la política fiscal y se denuncia la actuación de un BCE dispuesto a proporcionar abundante liquidez a los bancos mientras abandona a los Estados endeudados que soportan los ataques especulativos. Como propuesta política, se reclama la abolición del Pacto de Estabilidad, la creación de una autoridad fiscal y la modificación de los estatutos del BCE para que pueda conceder préstamos a los Estados que atraviesan por dificultades. En un arrebato de ingenuidad, incluso llega a hablarse de un “euro bueno” en el que podría establecerse un salario mínimo europeo para reducir los diferenciales de competitividad entre los países.
Se trata de una quimera que ha paralizado durante décadas a buena parte de la izquierda y del movimiento sindical y que bloquea la construcción de una alternativa al servicio de las clases populares de nuestro país. La zona euro carece de un estado único europeo y no hay ninguna expectativa de que pueda crearse uno en un futuro cercano. La unificación de la política fiscal supondría una completa reestructuración de la soberanía en toda la Unión Europea, construida a partir de una rigurosa jerarquía de estados y un cuidadoso cálculo de intereses nacionales, y precisaría un consenso que no va a producirse. Cualquier reforma posible debería respetar la jerarquía de poder existente, caracterizada por el dominio de los países de la zona central y muy especialmente de Alemania. Por expresar la idea con mayor precisión, el euro ha sido el medio utilizado para forjar la hegemonía del capital alemán, que se impone inexorablemente en el escenario europeo y que impide la posibilidad de realización de un programa que atienda a las necesidades de las mayorías sociales.
En nuestra opinión, cualquier agenda política que pretenda romper realmente con el neoliberalismo, incluso en un sentido reformista, debe plantearse en serio la salida del euro y enfrentarse a la Unión Europea como tal. Como ha señalado Costas Lapavitsas[2], la única salida progresista para nuestro pueblo consiste en abandonar de la zona euro y recuperar el control de la soberanía, en el marco de un desplazamiento radical del poder económico y social hacia el Trabajo. Una estrategia que empieza con el impago de la deuda soberana y se amplía a una salida del euro que permita a nuestro país escapar del cataclismo de la devaluación interna impuesta por la Unión Europea. Nuestro país tiene futuro, pero un futuro digno pasa necesariamente por romper con esta Europa y con las instituciones de esta Europa.

viernes, 10 de enero de 2014

S´amplia l´edat del menor, de 8 a 12 anys, per gaudir de reducció de jornada per guarda legal.

El derecho a reducción de jornada establecido para los trabajadores que tuvieran a su cuidado directo algún menor de 8 años, o de una persona con discapacidad física, psíquica o sensorial, que no desempeñe una actividad retribuida, se modifica, a partir del 22-12-2013, siendo posible disfrutar de tal derecho a reducción de jornada para el cuidado de un menor de 12 años.